Con apenas dos números es pronto como para destapar el Dom Pérignon, pero Vanesa del Rey nos tenía ganados de antemano (gracias a las dos miniseries de Hit, The Empty Man y Scarlet Witch), y Jordie Bellaire resulta que no solo es una excepcional colorista, sino que sabe cómo plantear una trama que, de momento, me tiene interesadísimo. Y es que tiene un poco de todo, y todo lo que tiene mola: brujas, eterno femenino, violencia garrula, un pueblo de la América profunda y la Naturaleza como Templo de Satán, entre otras cosas. Seguiremos informando.
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